El fentanilo es protagonista de primera línea a raíz de las medidas tomadas por Estados Unidos para cerrar sus fronteras, especialmente a México, el mayor puerto de entrada de esta droga al país.
En febrero se incautaron 30,000 pastillas en Costa Rica. Es la segunda incautación luego de una de 1,100 en el 2013, lo que indica el crecimiento exponencial y la existencia de una amenaza social a la región.
Según la Organización Mundial de la Salud “el fentanilo es un potente fármaco opiáceo sintético”, autorizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos para uso analgésico y anestésico.
El problema no es su uso legal; lo socialmente complejo es su producción, venta y consumo ilegal, ya que el fentanilo es 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más potente que la heroína como analgésico, altamente adictivo, que consumido sin supervisión puede provocar la muerte.
En Estados Unidos ha ocasionado una media de 22 decesos por semana en jóvenes en edad colegial. Al tratarse de una droga sintética, su producción es barata, algunas informaciones indican que la producción inicia en China y la terminan en México, que es muy difícil de controlar.
