Por si alguien duda, empecemos respondiendo a la pregunta que asalta a algunos extranjeros que visitan por primera vez la Semana Santa en España: no, no tiene absolutamente nada que ver con el Ku Klux Klan.

“Es una lucha continua”, explicó el historiador sevillano Manuel Jesús Roldán a BBC Mundo en 2024. “Hay que hacer pedagogía todos los años para explicarle al que viene que esto es una riqueza enorme de siglos”.

Roldán se refiere al capirote, ese cono alto que portan en la cabeza los nazarenos o penitentes durante las procesiones. Es uno de los elementos visuales más distintivos de la Semana Santa en España —y en algunos países de América Latina, como Colombia—, pero también uno de los más malinterpretados fuera de su contexto.

La semejanza superficial entre los capirotes de los nazarenos y los atuendos del KKK ha generado confusiones. Sin embargo, sus orígenes y significados no podrían estar más alejados: el capirote simboliza penitencia, anonimato en el dolor, y tiene raíces que se remontan a siglos atrás, mucho antes de la creación del grupo supremacista estadounidense.
