Las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela quieren menos sanciones y más privilegios. Han fabricado la falsa narrativa de que las sanciones son la gasolina que impulsa la migración. Una mentira repetida mil veces que ha ganado popularidad entre intelectuales, presidentes de izquierda e incluso congresistas.

La represión, la corrupción y el enriquecimiento ilícito de las elites gobernantes en Managua, La Habana y Caracas son las causas principales de la migración forzada y desesperada. Siete millones de migrantes venezolanos lo atestiguan.
Más de 56 millones de personas sufren de hambre en América Latina, según un informe de la FAO. Venezuela (22,9 %) y Nicaragua (18,6 %) comparten liderazgo en el ranking. Pese a esto, Ortega y Maduro son amantes de la carne y los cortes exóticos exportados.

De acuerdo con el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, 72 % de los cubanos vive en extrema pobreza, es decir con 1,90 dólares diarios. La factura de 64 años de dictadura y corrupción.
En Nicaragua la dictadura excarceló y desterró a 222 presos políticos en febrero de 2023. Entre febrero y junio Ortega alcanzará los 100 arrestos y al finalizar 2023 podría fácilmente triplicar la cifra.

La falta de una política clara y firme para responder a las dictaduras más antiguas de las Américas seguirá impulsando la hemorragia migratoria