La norma migratoria estadounidense conocida como Título 42 quedará sin efecto el próximo 11 de mayo y desde la Casa Blanca están tratando de prepararse. Sin embargo, se espera una oleada tan grande de migrantes que por eso la Administración Biden decidió enviar 1500 soldados por 90 días a la frontera con México. Su función será la de “llenar brechas en capacidades cruciales, como la detección sobre el terreno y vigilancia, la introducción de datos y el apoyo de almacén”. Y es que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) se tornó insuficiente para contener la cantidad de cruces irregulares.
Solamente el pasado 23 de abril alrededor de 3000 personas partieron en una caravana migrante desde el municipio mexicano de Tapachula con el objetivo de pisar suelo estadounidense. A esta la han antecedido otras más, sumado a que en marzo hubo una avalancha sobre el puente internacional Paso del Norte, en Ciudad Juárez. El caos se desató luego de un sospechoso mensaje sobre tramos liberados y “mucha gente” apuntándose en la aplicación “CBP One”, creada para que personas sin papeles se registren antes pisar EE. UU.
La Administración Biden se lava las manos y evita mencionar el tema, cuando durante la campaña presidencial usó la migración para conseguir votos. Tanto Joe Biden como su compañera de fórmula y actual vicepresidente, Kamala Harris, hablaban de recibir incondicionalmente a quienes cruzaran la frontera. El costo de esa retórica fue alto. Esta vez, la Casa Blanca dijo que las tropas en la frontera “no serían necesarias si el Congreso actuara”.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha sido una de las figuras más representativas en contra de la crisis migratoria. El estado que dirige es uno de los más afectados por los cruces. “Biden dice que desplegará 1500 soldados en la frontera, principalmente para hacer el papeleo. Y solo por 90 días. Esto no hace nada para detener la inmigración ilegal”, aseveró desde Twitter ante el fin del Título 42.
