Según especialistas independientes, el Ministerio de Educación (Mineduc) hizo lo mínimo. Fueron rápidos emitiendo guías educativas: Cambiaron la refacción escolar a una canasta de víveres entregada a través de las juntas de padres de familia; también facilitaron un programa de televisión en un canal nacional que transmitía tres horas a la semana para cada grado de primaria, y dos para los de educación media; supervisaron los contenidos del sector privado; y definieron las prioridades. Pero solo pensaron en el corto plazo. Por ahora, el Ministerio no ha medido el aprendizaje y desconoce el nivel de deserción, en particular del sector público, donde los rezagos previos se profundizarán.