Al menos siete cazas rusos se aprecian quemados y desparramados por varias explosiones consecutivas que arrasaron la base. El Kremlin desde el principio aseguró que había sido un accidente con las municiones y que ningún avión se había visto afectado. Como en anteriores ocasiones, Moscú quiso quitar hierro al asunto como si los satélites no existieran, pero la realidad pasa de nuevo por encima de sus comunicados.
Fuente El Mundo